EL PÁDEL. UN DEPORTE DE EQUIPO.
El pádel es un deporte de “equipo”, pero de una forma especial. Es un equipo pequeño: en la práctica un jugador está “condenado”a entenderse con su pareja y por tanto ambos forman un equipo que debe estar perfectamente acoplado para obtener un óptimo rendimiento en la pista. Tiene muchas similitudes a este nivel con el voley playa. Es fundamental que la pareja tenga una buena comunicación y cohesión, de lo contrario la pareja no funciona. La pareja de pádel es mucho más que la suma de dos jugadores, se necesita una compenetración y entendimiento absoluto para rendir como equipo. Se ponen en juego muchas y variadas habilidades y actitudes psicológicas.
Nadie juega mal a propósito. No existe jugador que juegue bien, si éste no logra que su compañero juegue
bien. Cuando la bola no la dirijan a su campo, su función será la de estar atento al juego, para indicarle a su compañero la colocación de los rivales, cómo viene la pelota, la dirección, etc. y animarlo en todo momento, sobre todo ante los fallos.
La comunicación con el compañero es vital, así como un aliento continuo. No se trata de indicar al compañero lo que debe hacer. No le digamos, por ejemplo: “¡tira un globo!”, simplemente indiquémosle si la pelota se muere o si los rivales están pegados a la red o al fondo de la pista. Hay que dejar libertad al
compañero para decidir el golpe a elegir. Si no eligió el golpe correcto o falla, igualmente lo animaremos.
El sabe mejor que nadie, que se equivocó, encima no lo derrotemos anímicamente. Si los fallos en la elección del tiro son graves, lo correcto es sentarse a plantear una táctica conjunta.
Hay palabras que parecen una ayuda y no lo son. Por ejemplo, si nuestro compañero va a golpear un remate y le decimos “¡cuidado!” o “¡tranquilo!”, en realidad no estamos confiando en él. El mensaje que recibe al oír estas palabras es “¡cuidado, no vuelvas a fallar!.
No olvidemos que éste es un deporte y como en todos los deportes se debe tener una educación deportiva tanto hacia los compañeros, contrincantes, público, árbitros o jueces, como con el personal de la organización y dirección de centros deportivos, clubes, o de organización de eventos deportivos, todo ello en pro del fair play o juego limpio que debe primar no solo en el deporte sino también en los demás aspectos de la vida.
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